Las orquídeas han fascinado a coleccionistas y botánicos durante siglos. Con más de 25,000 especies conocidas, estas flores destacan por su exótica belleza y su capacidad de adaptación a diversos hábitats. Desde variedades terrestres hasta aquellas que crecen suspendidas en los árboles, cada tipo de orquídea tiene su propio encanto.
1. Orquídeas epífitas: belleza en las alturas
Las orquídeas epífitas no crecen en el suelo, sino sobre árboles y rocas, absorbiendo nutrientes del aire y la humedad. Algunas de las más populares incluyen:

- Phalaenopsis – Conocida como «orquídea mariposa», es una de las más comunes en floristerías.
- Vanda – Destaca por sus colores vibrantes y su crecimiento aéreo.
- Aerangis – Pequeñas y delicadas, con flores blancas perfumadas.
2. Orquídeas terrestres: raíces en la tierra
Estas orquídeas crecen como cualquier otra planta, con raíces en el suelo. Algunas especies notables son:

- Cymbidium – Muy apreciada en arreglos florales por su durabilidad.
- Paphiopedilum – Conocida como «orquídea zapatilla», por la forma única de sus flores.
- Calanthe – Originaria de Asia, con floraciones espectaculares.
3. Orquídeas semi-terrestres y litófitas: adaptación extrema
Algunas orquídeas crecen sobre piedras cubiertas de musgo o en suelos con hojas en descomposición. Ejemplos incluyen:

- Laelia – Resistente y de flores vibrantes.
- Masdevallia – Conocida como «orquídea cometa», por sus pétalos alargados.
4. Orquídeas de clima frío vs. tropical
Mientras algunas especies prosperan en climas cálidos y húmedos, otras requieren temperaturas más frescas.

- Dendrobium – Se adapta bien a distintos climas.
- Coelogyne – Prefiere ambientes frescos y húmedos.
Las orquídeas no solo embellecen espacios, sino que también cuentan historias de adaptación y evolución.
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